lunes, 1 de septiembre de 2014

EL RUIDO Y LAS VIBRACIONES EN LOS NEUMATICOS.

El ruido que producen los neumáticos al rodar es de 2 tipos:
·        El ruido en el interior del vehículo que afecta a los pasajeros.
·        El ruido en el exterior del vehículo que afecta a los viandantes y a los habitantes cercanos
El origen de estos ruidos está en las vibraciones provocadas por:
·        La estructura del neumático.
·        Por el aire en el interior del neumático.
·        Por el aire ambiente sobre el dibujo del neumático.
Estas vibraciones se pueden propagar de dos maneras:
·        Haciendo vibrar directamente el aire ambiente (propagación aérea)
·        Haciendo vibrar los elementos del vehículo (propagación sólida + aérea).
Con relación al ruido exterior, está reglamentado por la Directiva Europea 2001/43 que impone un umbral máximo en función de la sección y del tipo de neumático. Los neumáticos que cumplen los requisitos deben llevar el distintivo S en el flanco a continuación del número de homologación. Ej.: 03508-S.
Las fuentes principales que originan este tipo de ruido son:
·        La rugosidad del suelo.
·        El dibujo de la banda de rodamiento.
Para reducir el ruido, los fabricantes actúan sobre la forma del dibujo de escultura (sección y forma de los recortes y canales, paso de anchura variable en los tacos…) teniendo siempre en cuenta el equilibrio delicado de no degradar las otras prestaciones y en particular la adherencia en mojado.
A medida que se desgastan (desgaste regular) los neumáticos son menos ruidosos. • El neumático liso (Slick) es el neumático más silencioso.
Con respecto al ruido interior, hay que señalar que en el rodar de un vehículo, el suelo y el dibujo del neumático activan las vibraciones, el neumático filtra o transmite las vibraciones al vehículo y este filtra o transmite las vibraciones a los pasajeros con lo cual, la sensibilidad del pasajero dependerá de la frecuencia y de la amplitud de las vibraciones.
El neumático es un elemento del confort del vehículo, que absorbe las irregularidades de la carretera, sin embargo, puede en algunas condiciones de utilización repercutir vibraciones, ampliar las frecuencias y estar en el origen de problemas de confort acústico y de confort mecánico (ruido, vibraciones volante o caja…)
Frente a un problema de vibración y ruido, tendremos que intentar aislar la o las causas que pueden producirlo. Para ello deberemos:
·        Identificar cómo se manifiesta (probar el vehículo), en qué eje, qué vibra, a qué velocidad…
·        Tener en cuenta ¿Qué se ha cambiado o qué ha cambiado en el vehículo últimamente?
·        Verificar neumáticos, llantas, forma de desgaste, presión, equilibrado (optimizar si fuera necesario).
·        Verificar las holguras entre el centrado de la llanta y el buje.
·        Si hay problemas de desgaste plantear la posibilidad de permutar.
·        Si se concluye que es un problema irreversible del neumático, cambiarlo por otro.

Cómo saber si los neumáticos están causando vibraciones en el vehículo
Los neumáticos suelen causar vibración en un vehículo. Cuando la banda de rodadura del neumático está demasiado baja o distribuida de forma desigual, puede causar que un vehículo vibre tanto a velocidades altas como a velocidades bajas. Un neumático desbalanceado puede ser la causa de la vibración de un vehículo. Un automóvil vibrante puede darle una señal al propietario de que un neumático está defectuoso o está a punto de romperse. Para evitar costosas reparaciones y accidentes peligrosos, es importante monitorear constantemente y reparar los neumáticos que estén causando la vibración en un vehículo.
Equilibrado de neumáticos
Unas ruedas mal equilibradas provocan vibraciones en el volante, y los asientos. Además, aceleran el desgaste de los neumáticos y los amortiguadores y pueden provocar averías mecánicas. Lo bueno, es que es un problema de sencilla y rápida reparación. Tampoco es demasiado cara: el equilibrado en un taller dura unos 30-45 minutos.
El mal equilibrado de las ruedas se identifica porque, al alcanzar una determinada velocidad (normalmente entre 90 y 120 km/h), el volante o los asientos (o ambos a la vez) empiezan a vibrar. Es importante prestar atención a los puntos en los que se sienten las vibraciones, pues indican en qué ruedas está el problema. Si lo que vibra es el volante, lo más probable es que el fallo esté en el eje delantero; mientras que si notas los movimientos en el asiento, todo apunta a un mal equilibrado del eje trasero.





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